Fisioterapeuta: Francisco Ángel Apolo Carreras

Conforme avanzan los años nuestro tejido óseo se debilita, pero no debería hacerlo a un ritmo tal que nos incapacite para vivir con una calidad de vida deseable, la pérdida de densidad ósea se ha convertido en una epidemia que afecta cada vez a más personas. La osteoporosis supone hoy día un gran problema personal y social, produce múltiples molestias en el desarrollo de la vida cotidiana, genera incapacidad y en ocasiones dolor intenso, conforme avanza esta patología el peligro de que se produzca una fractura se incrementa.

Los huesos forman la estructura de nuestro cuerpo, son el anclaje sólido sobre el que se asienta el resto de lo que somos, cuando empiezan a debilitarse el peligro que nos acecha es más que serio, la densidad ósea de los huesos disminuye y éstos comienzan a deslizarse hacia una esponjosa fragilidad que aumenta el riesgo de patologías mayores.

La osteoporosis se presenta como una patología silenciosa y una vez que se muestra parece que estemos abocados a soportarla sin poder hacer nada más que armarnos de paciencia y soportar sus efectos negativos. Nada más alejado de la realidad, si no hemos tenido habitos saludables orientados a la prevención que es la mejor medicina ante la osteoporosis, podemos aún enfrentarnos a ella sin dejarnos llevar por el abatimiento.

Si nuestra dieta ha sido hasta ahora insana y nuestro ejercicio favorito se practica desde el sillón, con un diagnóstico de osteoporosis no tenemos alternativa: hemos de cambiar de hábitos, el médico nos proporcionará una dieta y apoyos de calcio y vitaminas para mantener la calidad de  nuestros huesos,  la fisioterapia favorecerá la recuperación de la actividad general e incluso puede conseguir incrementar nuestra densidad de tejido óseo.

Existen varios tipos de osteoporosis, vamos a referirnos en este artículo al posible tratamiento con Fisioterapia de las más comunes, las derivadas del incremento de la edad, la postmenopáusica  y tras inmovilización o fractura.

Tratamiento de la osteoporosis con Fisioterapia.

1.- En primer lugar hemos de recomendar la magnetoterapia, nos va a ser útil en todos los casos prestando especial atención a las indicaciones de cada equipo, la magnetoterapia tiene pocas contraindicaciones, pero hay que estar atento a ellas.

2.- Ejercicio terapéutico, si la inmovilización y la falta de actividad favorecen la osteoporosis la cinesiterapia activa es nuestra aliada esencial. Cuando los músculos traicionan del tejido óseo favorecen su mineralización, por lo tanto una actividad física moderada programada será una de las mejores aliadas en la lucha contra la osteoporosis. El fisioterapeuta es el especialista en ejercicio terapéutico y en todo tipo de terapias físicas, es necesaria su colaboración para obtener resultados óptimos.

3.- Educación postural. En el fondo el ejercicio es postura en movimiento, el fisioterapeuta es el especialista en educación postural, puesto que la osteoporosis puede afectar generando dolor estando de pie, sentado o acostado, el fisioterapeuta ayudará al paciente tanto para permitirle alcanzar una serie de posturas adecuadas como a llevar a cabo las transiciones.

4.- Técnicas de relajación, las técnicas de relajación favorecen la circulación y elevan el umbral del dolor de forma natural, con ellas el paciente retoma un cierto control sobre su patología, la relajación tiene un efecto equilibrador de nuestra homeostasia, si enseñamos relajación a  nuestros pacientes les proporcionamos una técnica que podrá series de utilidad en muchas ocasiones.

¿Cómo puedes reducir el riesgo de estas lesiones que alteran la vida?

Hacer ejercicio puede ayudar.

Beneficios del ejercicio

Nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio. En las mujeres posmenopáusicas, la actividad física regular puede tener los siguientes efectos:

  • Aumentar la fuerza muscular
  • Mejorar el equilibrio
  • Reducir el riesgo de tener una fractura ósea
  • Mantener o mejorar la postura
  • Aliviar o disminuir el dolor

Si tienes osteoporosis, hacer ejercicio significa encontrar las actividades más seguras y que más disfrutas dado tu estado de salud general y el grado de disminución de la masa ósea. No existe una receta que sea adecuada para todos.

Antes de comenzar

Consulta con el médico antes de comenzar a implementar cualquier programa de ejercicios para la osteoporosis. Es posible que primero debas hacerte algunas pruebas, como las siguientes:

  • Medición de la densidad ósea
  • Evaluación de la aptitud física

Mientras tanto, piensa en qué tipo de actividades disfrutas más. Si eliges una actividad física que te gusta, es más probable que continúes haciéndola a lo largo del tiempo.

Cómo elegir la forma de ejercicio adecuada

Los siguientes tipos de actividades suele recomendarse a personas con osteoporosis:

  • Ejercicio de fortalecimiento muscular, en especial, para la parte superior de la espalda
  • Actividades aeróbicas que implican soportar peso
  • Ejercicios de flexibilidad
  • Ejercicios de estabilidad y equilibrio

Debido a los diferentes grados de osteoporosis y al riesgo de fractura, es posible que te recomienden no hacer ciertos ejercicios. Pregúntale al médico o al fisioterapeuta si corres riesgo de tener problemas relacionados con la osteoporosis y averigua qué ejercicios son adecuados para ti.

  1. Fortalecimiento muscular

El fortalecimiento muscular incluye el uso de pesas libres, bandas de resistencia o tu propio peso corporal para fortalecer todos los grupos musculares principales, en especial, los músculos de la columna vertebral, ya que son importantes para la postura.

  1. Actividades aeróbicas que implican soportar peso

Las actividades aeróbicas que implican soportar peso incluyen ejercicios aeróbicos de pie, con todo el peso sobre los huesos. Algunos ejemplos son caminar, bailar, hacer ejercicios aeróbicos de bajo impacto, usar máquinas de entrenamiento elíptico, subir escaleras y hacer tareas de jardinería.

Este tipo de ejercicios trabaja directamente sobre los huesos de las piernas, caderas y la parte baja de la columna vertebral para retrasar la pérdida de minerales. También brindan beneficios cardiovasculares que mejoran la salud del corazón y del sistema circulatorio.

Es importante que las actividades aeróbicas, que son tan beneficiosas para la salud general, no ocupen todo el programa de ejercicios. También es importante trabajar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio.

Nadar y andar en bicicleta tienen muchos beneficios, pero no proporcionan la carga de peso que los huesos necesitan soportar para retrasar la pérdida de minerales. Sin embargo, si disfrutas de estas actividades, hazlas. Solo asegúrate de agregar actividades que impliquen soportar peso como puedas.

  1. Ejercicios de flexibilidad

Mover las articulaciones en toda su amplitud de movimiento te ayuda a mantener el buen funcionamiento de los músculos. Los estiramientos se hacen mejor después de calentar los músculos, por ejemplo, al final de la sesión de ejercicio o después de un calentamiento de 10 minutos. Deben hacerse despacio y suavemente, sin saltar.

  1. Ejercicios de estabilidad y equilibrio

La prevención de caídas es particularmente importante para las personas con osteoporosis. Los ejercicios de estabilidad y equilibrio ayudan a que los músculos trabajen en conjunto de una forma que te mantiene más estable y con menos probabilidades de caerte. Algunos ejercicios simples, como pararte en una pierna o los ejercicios basados en el movimiento, como el taichí pueden mejorar tu estabilidad y equilibrio.

  1. Movimientos que se deben evitar

Si tienes osteoporosis, no hagas los siguientes tipos de ejercicios:

Ejercicios de alto impacto. Ciertas actividades, como saltar, correr o trotar, pueden provocar fracturas en los huesos debilitados. Evita hacer movimientos rápidos y bruscos en general. Elige ejercicios con movimientos lentos y controlados. Si, por lo general, te mantienes fuerte y en un buen estado físico a pesar de padecer osteoporosis, es posible que puedas hacer ejercicios de mayor impacto que una persona débil.

Agacharte y doblarte. Los ejercicios que consisten en doblar y girar la cintura, como tocarse los dedos de los pies o hacer sentadillas, pueden aumentar el riesgo de sufrir fracturas por compresión en la columna vertebral si tienes osteoporosis. Otras actividades que pueden requerir que te agaches o que dobles con fuerza la cintura son el golf, el tenis, los bolos y algunas posturas de yoga.